Un elevator pitch es una presentación concisa y persuasiva diseñada para captar la atención de alguien en el tiempo que dura un viaje en ascensor, es decir, en muy poco tiempo (generalmente menos de un minuto).
¿Cuál es su objetivo?
Generar interés: Despertar la curiosidad de la otra persona sobre una idea, proyecto o negocio.
Crear una primera impresión positiva: Dejar una marca memorable y destacar entre la competencia.
Conseguir una oportunidad: Obtener una reunión, inversión o colaboración.
¿Cómo estructurar un buen elevator pitch?
¿Quién eres? Preséntate brevemente y destaca tu experiencia o lo que te hace único.
¿Qué problema resuelves? Explica de manera clara y concisa cuál es el problema al que te enfrentas o que quieres solucionar con tu idea.
¿Cuál es tu solución? Describe tu producto o servicio de forma sencilla y atractiva, resaltando sus principales beneficios.
¿Por qué es único? Explica qué diferencia a tu propuesta de las demás opciones existentes en el mercado.
¿Cuál es el siguiente paso? Indica claramente cuál es la acción que quieres que la otra persona tome después de escuchar tu pitch (por ejemplo, programar una reunión, visitar tu sitio web, etc.).
Consejos adicionales:
Sé claro y conciso: Evita usar jerga técnica o palabras complicadas.
Sé apasionado: Transmite entusiasmo por tu idea.
Practica: Ensaya tu pitch varias veces para asegurarte de que fluye de forma natural.
Adapta tu pitch a tu audiencia: Personaliza tu mensaje según el interés y conocimientos de la persona a la que te diriges.
En resumen, un elevator pitch es una herramienta poderosa para comunicar de forma efectiva tus ideas y alcanzar tus objetivos. Con una buena preparación y práctica, podrás dominar esta técnica y destacar en cualquier situación.